¿Os acordáis de los chinos que mencioné en el post anterior?. Pues aún no había tomado suficiente altura el avión y ya había dos levantados dispuestos para ir a mear. Obviamente las azafatas tuvieron que decirles que se sentaran.
Con todos los respetos a una de las culturas más antiguas del mundo pero... ¡¡¡La madre que los parió!!!. !Que viajecito que me dieron!.
No os exagero nada lo que sucedió. Las dos o tres primeras horas del vuelo no pararon de pasar chinos por el pasillo para ir al lavabo. Y no sé como se las apañaban que todos tenían que tropezar con mi codo. A alguno de ellos le contabilicé tres meadas (pensando bien) en dos horas. Lo dicho: Increíble.
Dejando de lado ese problema de incontinencia asiática y ciertas turbulencias el viaje fue tranquilo. Pasé el rato escuchando música y jugando a la Game Boy. También me dió por ojear la típica revista que está en el respaldo del asiento de los aviones y aquí ya descubrí una cosa que me encantó. La revista tenía un reportaje sobre el rock/metal finés bastante extenso y una entrevista a Ville Valo, el cantante de HIM. El reportaje explicaba que los finlandeses están muy orgullosos de la música metal luego, obviamente, comprobé que era cierto, jejeje!. Estuve leyendo y vi que en el artículo citaban bandas que a mí me sonaban pero que no sabía que eran finesas. Hubo una que me llamó la atención, porque conocía una canción suya. El grupo en cuestión eran THE 69 EYES. Me quedé con el nombre (ya hablaré de ellos otro día).
Pasa el tiempo y finalmente anuncian que vamos a aterrizar. Veo que por donde volábamos (por encima de las nubes) era prácticamente de día y cuando empezamos a descender la cosa se volvía gris. Y es que el tiempo en Helsinki no era muy bueno. Acababa de llover y hacía un poco de viento.
Después de que el autobus nos recogiera de la pista de aterrizaje para llevarnos al aeropuerto, fuí a recoger la maleta y de allí ya aparecí en el hall de llegadas. Llamé a Héctor para ver si le faltaba mucho por llegar... fuassss!!!. Aún le quedaba una hora y pico para llegar. En fin...
En el aeropuerto de Helsinki la bienvenida me la dió esta escultura moderna hecha con madera. Qué modernos! ;P Cuando llegó Héctor y mientras hacíamos tiempo para que llegara el próximo autobús que nos llevara a Turku, nos comimos un bocatilla de los que preparan allí. También me dió una vuelta por el aeropuerto y decirme por donde tenía que pasar para el viaje de vuelta. Luego nos dirigímos a la parada del autobús que estaba justo delante.
Eran casi las 19 y ya hacía unas 4 horas que era de noche. Entre eso, la humedad que había en el ambiente y el viento que hacía os puedo decir que me estaba cagando del frío. Yo tapado hasta la nariz y Héctor con sudadera y chaquetica vaquera. Luego, el cabrón, cuando venía a Alcoy decía que tenía frío, que qué barbaridad y tal y cual... Pa' matarlo!.
LLega el autobús y yo me preparo la cartera para pagar y subimos, pero Héctor me comenta que de momento no era necesario pagar. Después de unos 20 minutos o así paramos cerca de un Ikea y hacemos un rápido transbordo a otro autobús.
A la hora de viaje el autobús hace una parada y sube la revisora y empieza a pasar para cobrar los billetes... Aquí, señores y señoras, llega un momento de tensión máximo. ¿Por qué?. Porque resulta que empiezo a buscarme en los bolsillos y no encuentro la cartera... uaaaaagh!!. Nooooo, nooo!!!!!!. No puede ser que esto me esté pasando!!!!!. Sin dinero, sin tarjetas, sin DNI!!!. En un país extranjero!!!. Busqué en la mochila, en los bolsillos del pantalón, en los bolsillos de la chaqueta y ... nada!!. Ya estaba pensando que me había caído durante el trasbordo de autobuses... A todo esto la revisora estaba esperando con cara de "estos tíos de que van" porque Héctor estaba intentando explicarle como podía lo que estaba pasando. Finalmente miré bien en la mochila y resulta que la cartera estaba dentro de un bolsillo de la parte de fuera de la misma y en el cual nunca suelo guardar la cartera, pero como en ese momento estaba hablando con Héctor en la parada del autobús del aeropuerto, no me dí cuenta de lo que hacía y con las prisas por subir la metí en el primer sitio que me vino bien.
Depués de que me pasaran los calores del susto y reirnos un rato de lo sucedido empecé a darme cuenta que el autobús hacía varias paradas y había gente que bajaba. Fuera estaba totalmente oscuro, pero de vez en cuando se veían conjuntos de casas de madera (o a lo mejor una sólo) que se adentraban en pequeños bosques. El hecho de que los fineses no vivieran normalmente en lo que en España conocemos como urbanizaciones ya me alucinaba. La población en Finlandia se concentra en ciudades, eso está claro, pero tambien hay un gran número de personas que viven de forma muy dispersa cerca de las carreteras en viviendas que, algunas de ellas están rodeadas de árboles.
Estas son algunas de tipologías de viviendas que podéis encontrar a lo largo y ancho de Finlandia. Muy monas ellas.
Llegamos a Turku a las 21'35. El autobús nos deja justo delante de la catedral. Conforme nos acercabamos a ella parecía más grande. De hecho lo es. No es muy llamativa por fuera (y como comprobaré otro día, tampoco por dentro), pero en cierta forma me pareció bonita. La primera apreciación que pude hacer es que las calles de Turku (al igual que las ciudades del resto de Finlandia) están llenas de una gravilla especial que sirve para evitar resbalones por culpa de la nieve. No os podéis imaginar el ruido que iba haciendo con la maleta por la calle por culpa de las piedras y el adoquinado de algunas zonas. Parecía que iba arrastrando un tanque XD.
Finalmente llegamos al piso de Héctor. Como yo ya estaba bastante cansadete, Héctor se fue a comprar algo para cenar y me trajo una de las cosas más típicas de Turku... ... ¿¿¿¡¡¡HAMBURGUESA!!!???.
El pisete de Héctor y él mismo bicheando por internet. Realmente acogedor.Sí. En Turku no veréis ningún Burger King y si a lo mejor tenéis suerte es probable que encontréis algún McDonalds. Ellos mismos tienen su propia cadena de hamburgueserias que se llaman Hesburger y os puedo decir que están de vicio. Está claro que al igual que las otras no son para comer todos los días, pero he de reconocer que estaban muy ricas. Además contaban con una mayonesa de pimiento rojo muy buena.
Uno de los muchísimos Hesburger que podías encontrar por Turku. Este es uno de los que hay cerca del Kauppatori (la plaza central de Turku).
Mientras cenabamos nos vimos unas cuantos "Testimonios" de "La Hora Chanante" y "Celebrities" de "Muchachada Nui". Obviamente las risas estaban aseguradas. Por último ya nos acostamos.
Es verdad aquello que dicen que hasta que no duermes con alguien no te das cuenta de las cosas raras que haces por las noches. Lo digo porque en una de esas me estiré y le pegué un par de patadas a Héctor bastante interesantes, yo me hice el dormido por si acaso. A la mañana siguiente:
Osu: Hostias, Héctor, perdona las patadas de esta noche...
Héctor: Qué patadas?.
Osu: Pues las... ... ... no, nada, nada!!.
(continuará)
Au!.